Un estudio multicéntrico, liderado por neurólogos de Sant Pau y con participación de los principales hospitales catalanes, analiza la relación entre ictus y COVID-19.
Se sabe que el 57% de pacientes con COVID-19 experimenta alguna manifestación neurológica y también que el riesgo de mortalidad y morbilidad por COVID-19 se incrementa en aquellos pacientes que tienen factores de riesgo vascular. Sin embargo, hasta ahora no existían estudios sobre la relación entre COVID-19 e ictus en cuanto a pronóstico vital y funcional. Por otra parte, si efectivamente existe una relación y el pronóstico fuera peor, habría que diferenciar si ello se debe a la propia infección viral o a interferencias de la pandemia en los sistemas de asistencia extra e intrahospitalarios.
Un equipo de investigadores liderado por el Dr. Joan Martí Fàbregas, jefe clínico del Servicio de Neurología del Hospital de Sant Pau y jefe del grupo de investigación en enfermedades cerebrovasculares en el Instituto de Investigación del Hospital de Sant Pau – IIB Sant Pau, acaba de publicar un estudio sobre la relación pronóstica entre ictus y COVID-19. Se trata de un estudio multicéntrico en el que han participado neurólogos de la mayoría de hospitales de Cataluña y que se pudo realizar durante el pico de la pandemia de marzo a mayo de 2020. El estudio, publicado en el número de diciembre de la prestigiosa revista Stroke, recoge los datos de 701 pacientes de ictus isquémico, de los que 91 tenían infección por COVID-19.
“Hemos observado que los ictus con infección concomitante por COVID-19 son más graves que los que carecen de infección por COVID-19. Asimismo, la mortalidad del grupo de pacientes con ictus y COVID-19 es el triple que la mortalidad en los pacientes sin COVID-19”, explica el Dr. Martí Fàbregas.
“A pesar del peor pronóstico que observamos en los pacientes con ictus y COVID-19, nuestro estudio también concluye que si el paciente supera la infección por COVID-19, la probabilidad de tener un buen pronóstico funcional, es decir, de quedar independiente para las actividades básicas de la vida diaria como la higiene personal, comer o vestirse, es la misma que la de los pacientes sin COVID-19”, añade Martí Fàbregas. «Por otra parte, aunque la pandemia comprometió la asistencia de los pacientes con ictus debido al colapso hospitalario, en este estudio se demostró que el mal pronóstico se debe a la propia infección por el virus, no a dificultades logísticas«, concluye.
Este trabajo es el primero que aborda la relación pronóstica entre ictus isquémico y COVID-19 y supone un primer paso para entender hasta qué punto la fisiopatología del ictus en pacientes con COVID-19 es diferente a los pacientes sin infección por COVID- 19. Futuros estudios permitirán que esto se traduzca en propuestas de tratamientos específicos para cada tipo de paciente o en recomendaciones para mejorar la respuesta de los sistemas de salud en situaciones de pandemia.
Uno de los puntos fuertes del estudio es la cantidad y consistencia de los datos que se han incluido. La colaboración de muchos hospitales en momentos críticos permitió acceder a gran cantidad de datos e información rigurosa sobre los pacientes con ictus en 19 hospitales catalanes. El estudio, encabezado por Sant Pau, ha contado con la colaboración del Hospital de Bellvitge, Hospital Vall d’Hebron, Hospital Germans Trias i Pujol, Hospital Clínic, Hospital Joan XXIII, Hospital Moisès Broggi, Hospital Dr. Josep Trueta, Hospital Arnau de Vilanova, Hospital del Mar, Hospital comarcal del Alt Penedès, Hospital Parc Taulí, Hospital de Mataró, Hospital Mutua de Terrassa, Hospital de Tortosa Virgen de la Cinta, Hospital General de Granollers, Hospital de Igualada , Hospital de Figueres, el Consorcio Sanitario de Terrassa y la Agencia de Calidad y Evaluación Sanitarias de Cataluña.
Artículo de referencia
Joan Martí-Fàbregas et al. Impact of COVID-19 Infection on the Outcome of Pacients with Ischemic Stroke. Stroke. 2021; 52:3908-3917. DOI: https://doi.org/10.1161/STROKEAHA.121.034883