El Instituto de Investigación Sant Pau (IR Sant Pau) y la Fundación Amigos Joan Petit Nens amb Càncer han puesto en marcha un proyecto innovador para mejorar la calidad de vida de los niños y niñas con cáncer que deben someterse a un trasplante de médula ósea. Esta iniciativa busca demostrar que el ejercicio físico previo a la intervención, adaptado a sus capacidades funcionales, puede ser seguro y proporcionar beneficios significativos durante el proceso de tratamiento.
Con un presupuesto de 100.000 euros, el proyecto se desarrollará durante tres años. Los fondos necesarios se recaudan a través de diversas actividades solidarias organizadas por la Fundación Joan Petit. Entre ellas destaca la campaña «Llenemos las pistas de hockey sobre patines con la pulsera de Joan Petit», impulsada por la Federación Catalana de Patinaje, que animó a deportistas y aficionados a adquirir una pulsera solidaria para apoyar a los pequeños pacientes y sus familias. Esta campaña está programada para repetirse a principios del próximo año. Los fondos recaudados ya han sido entregados para iniciar el proyecto, y se espera que futuras iniciativas ayuden a completar el presupuesto total.
El martes 26 de noviembre, en el vestíbulo del Hospital Sant Pau, se celebró un acto donde la Fundación Joan Petit entregó los fondos recaudados a través de la Federación Catalana de Patinaje. El evento incluyó un partido simbólico de hockey protagonizado por niños y niñas de diferentes equipos, celebrado en los pasillos de la planta de Pediatría del hospital, con la participación de jugadores del F.C. Barcelona, Xavier Barroso y Sergi Aragonès, acompañados por el técnico David Cáceres. Además, los jugadores repartieron obsequios a los niños hospitalizados.
Durante el acto, Joan Torner, presidente de la Fundación Joan Petit Niños con Cáncer, destacó la importancia de la resiliencia en los niños que enfrentan el cáncer, estableciendo un paralelismo con el hockey sobre patines: “En el hockey, cuando caes, tienes que levantarte y seguir jugando. Del mismo modo, estos niños nos enseñan cada día que, a pesar de las caídas, hay que levantarse y continuar adelante con fuerza y esperanza.”
El proyecto, denominado HIIT-FIT-KIDS-ALLO-T-TRIAL, es un programa piloto de ejercicio físico combinado y supervisado dirigido a niños y adolescentes que serán sometidos a un trasplante alogénico de progenitores hematopoyéticos (alo-TPH). Este procedimiento sustituye la médula ósea enferma por una médula ósea sana y se utiliza para tratar enfermedades como leucemia, linfomas y ciertos síndromes hereditarios. Aunque este tratamiento aumenta significativamente las tasas de supervivencia, también incrementa el riesgo de complicaciones cardiovasculares, agravadas por los efectos secundarios de la quimioterapia y la radioterapia.
El enfoque innovador del proyecto consiste en implementar un programa de prehabilitación física —ejercicio planificado y supervisado antes del trasplante— para fortalecer el estado físico de los pacientes. Según la Dra. Roser Álvarez-Pérez, investigadora principal del proyecto, “aunque el concepto de prehabilitación ha sido probado con éxito en adultos, en pediatría aún es un campo inexplorado. Este proyecto tiene como objetivo mejorar la capacidad funcional y la función cardiovascular de los pacientes, preparándolos para afrontar el trasplante en mejores condiciones físicas y minimizando el impacto de una hospitalización prolongada.”
El estudio incluye tres fases clave: antes, durante y después del trasplante. La primera etapa, llamada prehabilitación, comienza entre cuatro y seis semanas antes del procedimiento, con un programa de ejercicios diseñado según la capacidad funcional del paciente, evaluada mediante pruebas como análisis sanguíneo, electrocardiograma, ecocardiograma y prueba de esfuerzo.
Durante la fase de hospitalización, se realizarán ejercicios supervisados diariamente en la habitación del paciente, siempre que su estado lo permita. La rehabilitación posthospitalaria continuará durante seis meses, combinando sesiones presenciales en el hospital con actividades que los pacientes podrán realizar en casa.
El grupo de intervención participará en un programa estructurado que incluirá sesiones de ejercicio de alta intensidad (HIIT), una modalidad que alterna períodos breves de esfuerzo máximo con descansos, optimizando los resultados incluso cuando el tiempo es limitado. Por otro lado, el grupo control seguirá la atención convencional, con recomendaciones de actividad física menos estructuradas.
La seguridad del programa será una prioridad, evaluando posibles contraindicaciones como fiebre o niveles bajos de plaquetas. “El objetivo principal es determinar la viabilidad del programa y garantizar que no cause complicaciones adicionales,” añade la Dra. Álvarez.
Además de los beneficios inmediatos, el proyecto busca fomentar hábitos saludables a largo plazo, incorporando el ejercicio como una parte esencial del tratamiento médico. Según la Dra. Álvarez, “al igual que una pretemporada deportiva mejora nuestra forma física para enfrentarnos a la competición, la prehabilitación con ejercicio prepara a los pacientes para enfrentar con más energía y fuerza el desafío del trasplante.”
Con una duración prevista de tres años y la participación estimada de 15 pacientes anuales, este innovador programa podría sentar las bases para investigaciones multicéntricas futuras y consolidar la prehabilitación con ejercicio como una herramienta fundamental en el tratamiento del cáncer pediátrico.
Este proyecto no solo representa un avance en la medicina pediátrica, sino también un ejemplo de cómo la colaboración entre instituciones y el apoyo de la sociedad pueden transformar la vida de niños que enfrentan enfermedades graves.