ACTUALIDAD

NOTICIAS

21/11/2018

Identifican por primera vez un gen vital en la recuperación después de sufrir un ictus

Tener unas variantes específicas en el gen PATJ predispone a una peor recuperación de un ictus isquémico. 7 de cada 10 pacientes con estas variantes sufren secuelas graves tres meses después del infarto cerebral, es decir, quedan en una situación de dependencia, ante menos de la mitad de los pacientes que no presentan estas variantes. Son datos de un estudio internacional multicéntrico coordinado por investigadores del Instituto Hospital del Mar de Investigaciones Médicas (IMIM) y médicos del Hospital del Mar, que publica la revista Circulation Research.  El estudio ha contado con la participación del Dr. Israel Fernández, del Grupo de Farmacogenómica y Genética Neurovascular del Instituto de Investigación de Sant Pau y coinvestigador del estudio, donde ha participado también en su diseño y coordinación.

Se trata de la investigación más importante realizada hasta ahora en el campo de la genética y el pronóstico del ictus, y la primera que se publica, con datos de más de 2.000 pacientes y 12 centros internacionales implicados. El estudio se ha realizado gracias a una ayuda de La Marató de TV3 del añ0 2010.

El Dr. Jordi Jiménez Conde, coordinador del estudio y médico adjunto del Servicio de Neurología del Hospital del Mar, explicó que «es el estudio más grande publicado hasta ahora en genética y pronóstico del ictus y el primero que encuentra resultados consistentes y que se replican en diferentes países «. Se ha analizado el grado de discapacidad a los tres meses de más de 2.000 pacientes con ictus isquémico, que es aquel que se produce por la obstrucción de una arteria cerebral y representa el 88% del total de los ictus, estudiando múltiples factores clínicos y sus datos genéticos. En concreto, se han estudiado más de 5 millones de variantes genéticas por individuo. Y «el gen PATJ muestra diversas variantes que influyen de forma significativa en la recuperación de los pacientes», según el Dr. Jiménez Conde. Se trata de un gen implicado en las uniones celulares, con una presencia importante en el tejido nervioso y que ya se había visto relacionado con desórdenes del sueño y la obesidad.

Influencia genética en la recuperación
«Con este estudio, hemos identificado un conjunto de variantes genéticas relativamente comunes en la población y que se asocian a una peor recuperación del ictus al cabo de los tres meses», destacó la Dra. Marina Mola-Caminal, primera firmante del estudio e investigadora del Grupo de Investigación Neurovascular del IMIM. Esto abre la posibilidad de estudiar los mecanismos que utiliza el gen PATJ para influir sobre este proceso. «En un futuro, estas variantes se podrían utilizar como biomarcadores en el momento del ictus, y, según la presencia de los alelos (formas alternativas que puede presentar un mismo gen) de riesgo que tenga cada individuo, personalizar las estrategias de rehabilitación «.

A la vez «nos puede indicar una zona del genoma muy involucrada en procesos de neuroplasticidad y neuroregeneració, y quizás, si conocemos bien las vías, podemos desarrollar nuevos tratamientos que utilicen este gen como diana terapéutica y que nos ayuden a mejorar el pronóstico de los pacientes «, apunta el Dr. Jiménez Conde.

El estudio ha contado con la participación del Dr. Israel Fernández, del Grupo de Farmacogenómica y Genética Neurovascular del Instituto de Investigación de de San Pablo y coinvestigador del estudio, donde ha participado también en su diseño y coordinación. El Dr. Fernández comenta que «todos los fármacos neuroprotectores testados para mejorar la recuperación después del ictus han fracasado, por lo tanto, este estudio, utilizando estrategias genéticas masivas, puede ser un primer paso para desarrollar nuevos fármacos que sean realmente efectivos».

En el estudio también han tenido un papel destacado la Dra. Raquel Rabionet, del Centro de Regulación Genómica (CRG). actualmente en la Universidad de Barcelona y vinculada al Instituto de Investigación San Juan de Dios, y el Dr. Cristóbal Vives, del Hospital Universitario Son Espases.

El impacto del ictus
La enfermedad cerebrovascular o ictus, es la principal causa de discapacidad en adultos en el mundo, con 15 millones de afectados cada año, de los cuales, 5 millones quedan permanentemente discapacitados. El grado de recuperación funcional tiene un gran impacto en la calidad de vida de los pacientes y familiares y en los sistemas de salud pública. El coste de esta discapacidad se estima entre 12.000 y 17.000 € por paciente / año. En el caso de Cataluña, donde se producen 13.000 ingresos hospitalarios por este motivo cada año, esta cifra es de 54 millones de euros anuales.

Artículo de referencia
Circulation Research. 2018;0

 

Este sitio web utiliza cookies para mejorar la experiencia de navegación y realizar tareas analíticas. Si continuas navegando, consideramos que acceptas el uso. Más información