Investigadores del Instituto de Investigación del Hospital de la Santa Creu i Sant Pau – IIB Sant Pau y del CIBERCV señalan la inhibición de la enzima tirosina hidroxilasa como clave para frenar el avance de la aneurisma de aorta abdominal. Los resultados de su investigación, que se acaban de publicar en la revista científica Hypertension, identifican una potencial diana terapéutica para esta enfermedad que actualmente no dispone de tratamientos farmacológicos y cuenta con una alta incidencia en individuos de edad avanzada, siendo una de las principales causas de muerte en varones mayores de 65 años.
El aneurisma aórtico abdominal es una afección potencialmente mortal, cuya prevalencia puede llegar a alcanzar hasta el 8% en varones de más de 65 años, caracterizada por una degeneración de la pared de la aorta que conlleva la dilatación localizada y permanente de la aorta abdominal. Se trata de una enfermedad degenerativa crónica en la que el diámetro aórtico tiende a expandirse de manera progresiva, lo que incrementa el riesgo de ruptura aórtica, la complicación más grave de esta enfermedad, responsable de aproximadamente el 2% del total de muertes en varones de edad avanzada.
Un estudio desarrollado por investigadores del CIBER de Enfermedades Cardiovasculares (CIBERCV) en el Instituto de Investigación del Hospital de la Santa Creu i Sant Pau – IIB Sant Pau y del Instituto de Investigaciones Biomédicas de Barcelona (IIBB-CSIC) en colaboración con el CNIC identifica una enzima, la tirosina hidroxilasa, como una potencial diana farmacológica en el aneurisma de aorta abdominal. El trabajo, liderado por Cristina Rodríguez Sinovas, jefe de grupo en el IIB Sant Pau, y José Martínez González, investigador del CSIC en el mismo grupo, ha contado con la participación del Dr. José Román Escudero, director del Servicio de Angiología, Cirugía Vascular y Endovascular del Hospital de la Santa Creu i Sant Pau, así como con la colaboración del Dr. Vicente Andrés del CNIC.
La reparación quirúrgica, único tratamiento en la actualidad
A pesar de la alta morbilidad y mortalidad de esta patología, hasta el momento ningún fármaco ha sido capaz de limitar el crecimiento o el riesgo de rotura del aneurisma, por lo que el seguimiento de la evolución de los aneurismas de pequeño diámetro y la reparación quirúrgica de aquellos que presentan un alto riesgo de ruptura, son los únicos enfoques para su tratamiento en la actualidad. En este contexto, el hallazgo de nuevas estrategias farmacológicas es un objetivo prioritario para la investigación en esta patología, un camino que se ve obstaculizado por la complejidad de la enfermedad, cuyo origen y desarrollo tan solo se conocen parcialmente.
La investigadora del CIBERCV en el IIB Sant Pau, Cristina Rodríguez Sinovas, indica que han identificado a la tiroxina hidroxilasa (TH) como potencial diana farmacológica. “Hemos demostrado el incremento de la expresión de este enzima y de otros genes de la vía de síntesis de catecolaminas, tanto en el aneurisma humano como en dos modelos animales de AAA, caracterizando el perfil de expresión de la TH en la pared vascular”, indica la investigadora, incidiendo en que “lo más interesante es que mostramos que la inhibición farmacológica de la enzima es capaz de limitar el desarrollo de aneurismas en estos dos modelos animales, preservando la integridad de las láminas elásticas, reduciendo el estrés oxidativo y la inflamación vascular”.
Los resultados de esta nueva investigación indican que la inducción de la TH jugaría un papel crítico en el desarrollo del aneurisma de aorta abdominal, “por lo cual es necesario avanzar en el desarrollo de nuevas estrategias farmacológicas dirigidas contra este enzima en el tratamiento de estos pacientes”, asegura José Martínez González, jefe de grupo del CIBERCV en el IIBB e investigador del CSIC y último firmante del trabajo.
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