El sobrepeso y la obesidad son problemas muy importantes para la sociedad y la salud individual por su repercusión y frecuencia. En España, más de una tercera parte de los niños tienen obesidad o sobrepeso. Las mujeres embarazadas con obesidad a menudo dan a luz bebés con demasiada grasa los que tienen más riesgo de ser obesos durante la infancia y la adolescencia, aumentando así el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2, entre otros problemas de salud. Por lo tanto, la prevención del sobrepeso y la obesidad debería comenzar durante el embarazo o incluso antes.

Las mujeres embarazadas con obesidad participantes en el ensayo clínico DALI de modificación del estilo de vida, participaron en un programa para mejorar la actividad física, la alimentación saludable o una combinación de ambas. Estos grupos se compararon con un grupo control.

En este ensayo también se midió la grasa subcutánea (pliegue cutáneo) de los bebés de las mujeres que participaron en el estudio unas horas después del nacimiento. Las participantes que recibieron asesoramiento tanto en actividad física como en alimentación saludable, consiguieron ganar menos peso, aumentar su actividad física, mejorar sus hábitos alimenticios y también reducir el tiempo que pasaban sentadas. Pero lo más importante es que sus bebés tenían menos grasa al nacer que los bebés de las mujeres que no participaron en la intervención sobre el estilo de vida. Este es el primer estudio que demuestra que un cambio en el estilo de vida de la madre durante el embarazo puede influir en la grasa de su bebé.

Durante el ensayo se hizo un análisis más detallado de qué aspecto del estilo de vida estaba relacionado con la reducción de la adiposidad de los bebés y no se encontró ninguna relación con el aumento de actividad física o menor aumento de peso, sino con la reducción del tiempo que las madres pasaban sentadas.

Así pues, la buena noticia es que el estudio DALI demuestra que las mujeres obesas pueden reducir la grasa de sus bebés cambiando su estilo de vida durante el embarazo. Por tanto, las recomendaciones para gestantes obesas deberían incluir la importancia que tiene reducir el tiempo que pasan sentadas. Este podría ser un mensaje más sencillo adoptar que el aumento de la actividad física.

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