Un estudio realizado en el Instituto de Investigación del Hospital de la Santa Creu i Sant Pau – IIB Sant Pau, sugiere que ciertos microARNs (miARNs) pueden ser útiles para como biomarcadores no invasivos para al diagnóstico precoz de las metástasis ganglionares en pacientes con cáncer de mama en etapas tempranas. La investigación, liderada por el Dr. Agustí Barnadas, jefe del grupo de investigación en Oncología Clínica en el IIB Sant Pau y jefe del servicio de Oncología Médica del mismo hospital, se centró en pacientes con cáncer de mama en etapa temprana con receptores de estrógeno positivos (ER- positivos).
Los miARNs son pequeñas moléculas de ARN que juegan un papel crucial en la regulación de la expresión génica y han estado relacionados con distintas etapas del proceso metastático. Un aspecto particularmente intrigante de los miARNs es su estabilidad en la sangre periférica, lo que les convierte en candidatos ideales para ser biomarcadores utilizando técnicas no invasivas como una muestra de sangre.
El estudio, que tuvo un enfoque de prueba de concepto, incluyó a 30 pacientes con cáncer de mama en etapa temprana, para los que se disponía de muestras de plasma, ganglios linfáticos centinela y tejido tumoral. Los investigadores realizaron secuenciación de ARN en estas muestras y llevaron a cabo análisis de expresión diferencial, ontología genética y análisis de enriquecimiento.
Los resultados del estudio revelaron que los miARNs circulantes mostraban una expresión inversa en comparación con el tejido tumoral o los ganglios linfáticos centinela obtenidos de los propios pacientes. Por lo general, se encontró una tendencia a la baja en la regulación de los miARNs circulantes. Sin embargo, se destacaron dos miARNs, miR-643a-3p y miR-223, que mostraron una expresión incrementada en pacientes con ganglios linfáticos centinela positivos, lo que sugiere un vínculo potencial con la presencia de metástasis en los ganglios linfáticos.
Estos resultados indican el posible papel de varios miARNs circulantes como marcadores de extensión en los ganglios linfáticos de la axila en pacientes con cáncer de mama en etapa temprana.
Según explica el Dr. Barnadas, este avance en la investigación del cáncer de mama no sólo ofrece nuevas perspectivas para el diagnóstico precoz de la metástasis, sino que también plantea la posibilidad de diseñar estrategias de seguimiento más estricto o el diseño de estudios clínicos para explorar el valor de nuevas terapias.
Con motivo del Día Mundial de la Investigación sobre el Cáncer, el 24 de septiembre, el Dr. Barnadas destaca que en el Instituto de Investigación de Sant Pau actualmente existen más de 200 ensayos clínicos en marcha en cáncer, con reclutamiento activo, y unos 15 en la Unidad de ensayos fase I de Oncohematología.
Este experto considera que en estos momentos uno de los principales objetivos de la investigación en cáncer es encontrar mecanismos para desplegar respuestas inmunitarias frente al tumor. En esta línea, el Dr. Javier Briones, director del Grupo de Investigación de Inmunoterapia Celular y Terapia Génica en el IIB-Sant Pau y jefe de la Unidad de Hematología Clínica del Servicio de Hematología en el Hospital de Sant Pau, ha desarrollado un nuevo medicamento de inmunoterapia, el CAR-T 19, que se está administrando, en el marco de un ensayo clínico, a pacientes con algunos tipos de linfoma (linfoma B difuso de célula grande, linfoma folicular, linfoma de células del manto) que no han respondido a otros tratamientos. Se trata del segundo medicamento de terapia avanzada académico producido y desarrollado íntegramente en Sant Pau.
Además, en 2020 se inició el primer ensayo con un medicamento de inmunoterapia CAR-T, pionero en Europa, para el tratamiento del linfoma de Hodgkin clásico y linfoma no-Hodgkin T CD30+ en recidiva o refractario.
Los primeros resultados de este estudio se presentaron el pasado año en los más prestigiosos congresos internacionales de Hematología, se encuentra actualmente en fase II y constituye el primer medicamento de inmunoterapia CAR-T30 (académico), totalmente producido en Sant Pau, lo que ha atraído a pacientes de varios países, como Italia, Austria, Polonia, Rusia, entre otros.
«Se trata de un área de investigación que está avanzando mucho en los últimos años en el tratamiento de enfermedades oncohematológicas, pero esperamos que en los tumores sólidos también tenga un lugar importante en el futuro», comenta el Dr. Barnadas.
Otra de las líneas de investigación que están cobrando mucha fuerza en oncología es la caracterización genética de los tumores. Recientemente, el Dr. José Pablo Maroto, investigador del Grupo de Oncología Clínica del IIB Sant Pau y oncólogo del mismo hospital, encontró unas mutaciones muy poco frecuentes en la proteína USP9X, que regula procesos celulares críticos para el crecimiento de los tumores, en un estudio realizado en colaboración con el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO).
Esto surgió a raíz del caso de una paciente con cáncer de riñón metastático a quien decidió tratar con el fármaco temsirolimus, que funcionó mucho mejor de lo esperado. La paciente superó el cáncer. Nueve años después se le detectó una metástasis en hueso, pero también esta vez el temsirolimus resultó efectivo.
“El trabajo en red con otros muchos centros es fundamental para generar conocimiento y para el desarrollo de nuevas estrategias terapéuticas que permitan avanzar decididamente contra el cáncer”, en palabras del Dr. Barnadas.
Este experto enfatiza que uno de los grandes retos en la investigación contra el cáncer actualmente es reconocer aquellos mecanismos de resistencia que acontecen a lo largo de un tratamiento para hacer que un tumor en un momento determinado deje de responder a un tratamiento específico.
“Esto es un reto de la oncología en general porque los pacientes con enfermedad diseminada a pesar de realizar respuestas iniciales muy buenas de tratamientos dirigidos al final del tiempo acaban presentando una resistencia. Poder identificarla de forma precoz y tener herramientas para poder revertir esto puede dar un mejor resultado a medio o largo plazo”.
Otro reto es conocer mejor los mecanismos implicados en la respuesta inmunitaria del huésped contra la enfermedad. “Y aquí hace falta avanzar más para conseguir un mejor resultado que la propia inmunoterapia combinada o no con quimioterapia y otras estrategias puedan lograr un mejor efecto y más prolongado en el tiempo. Porque muy a menudo puedes observar grandes resultados en enfermedad avanzada, pero resulta que el paciente, al cabo de unos años, vuelve a tener la enfermedad y aquí ya no tienes opción de tratamiento con inmunoterapia o puedes intentar revertirlo, pero las estrategias son de menor eficacia”, según el Dr. Barnadas.
Un tercer reto de la investigación en cáncer, según este experto, es la identificación precoz «no sólo de la resistencia sino de la recaída de la enfermedad mediante nuevas estrategias como la biopsia líquida».
Por último, el Dr. Barnadas ha recordado que no hay que bajar la guarda para continuar fomentando, aún más, el diagnóstico precoz del cáncer y por determinar mucho más el perfil de paciente para decidir quién es candidato a un determinante estudios de cribado.